Según leemos en este artículo de Mercé Molist, el correo electrónico está cediendo su hegemonía frente a páginas web fraudulentas especialmente preparadas para introducir código malicioso en los equipos. Estas webs se aprovechan en gran medida de las vulnerabilidades de los navegadores web, sistemas operativos, inexperiencia del usuario, debilidad de protocolos, tecnologías JavaScript o ActiveX, entre otras. Recomendamos su lectura.