En respuesta a las recientes amenazas de la industria discográfica, los desarrolladores de sistemas para compartir archivos a través de redes peer-to-peer (entre pares) señalan que observan un fuerte interés por herramientas que permitan ocultar la identidad.
La Recording Industry Association of America (RIAA, Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos) anunció el miércoles pasado que ha decidido llevar a juicio a cientos de usuarios de esos sistemas. Por otra parte, se acaba de emitir un fallo judicial exigiéndole a Verizon que revele los nombres de abonados a su servicio que han sido acusados de piratería.
El desarrollador de Blubster, Pablo Soto, de Madrid, España, informó que ha relanzado su servicio de intercambio de archivos musicales como un sistema seguro y descentralizado que ofrece cuentas anónimas a los usuarios.
Según Soto, la red MP2P (sigla de Manolito Peer-to-Peer) en la que opera Blubster incluye a más de 200.000 usuarios que comparten más de 52 millones de archivos. La actualización del sistema también ofrece un método de distribución de archivos nuevo y más eficiente que además desvincula las transferencias de los usuarios.
"La mayor debilidad en materia de privacidad en nuestra versión anterior radicaba en la posibilidad de realizar búsquedas en la lista de temas compartidos de cualquier usuario; ahora se puede desactivar esa función", dijo Soto. "Pueden obtenerse direcciones de IP de la red, pero no es posible reunir datos acerca de los contenidos que comparte un usuario específico".
Blubster emplea un protocolo de transferencia de datos por Internet conocido como UDP para la búsqueda de contenidos y la negociación de transferencias. A diferencia del protocolo TCP que cumple la misma función en otras redes para compartir archivos, el UDP es un método "sin conexión" que no revela los vínculos entre nodos ni reconoce transmisiones que puedan identificarse.
Dado que los logs de transferencia UDP no revelan información detallada sobre qué usuario desde qué dirección IP accede a qué contenidos en qué momento, se consideran menos vulnerables a las investigaciones judiciales que los logs TCP.
"Cualquier tecnología que le de a la gente la posibilidad de comunicarse es un paso en la dirección correcta", señaló Soto. "No se trata sólo de intercambiar música, sino del derecho a crear tecnología y de gozar del derecho a la privacidad".
Varias fuentes cercanas al ámbito de los desarrolladores le manifestaron a Wired News que se están formando coaliciones pro-P2P en Estados Unidos y Europa para centralizar los esfuerzos de lobby y de relaciones públicas. Se dice que las coaliciones están integradas por Grokster, LimeWire y Blubster, entre otros. Se esperan anuncios públicos para julio.
Philip Corwin, un lobbista que opera desde Washington, D.C. para Sharman Networks, distribuidor de Kazaa pronostica que quienes intercambian archivos migrarán a las redes anónimas y las "redes sneaker" que facilitan el intercambio entre grupos más pequeños de usuarios. Esa práctica ya es posible a través de los clientes de mensajería instantánea de Yahoo, Microsoft y America Online, y también de herramientas como Waste, la aplicación creada por el desarrollador principal de Nullsoft Justin Frankel, que facilita los intercambios seguros entre grupos privados.
"No existe un método tecnológico viable de impedir la capacidad de transferir archivos", señaló Corwin. "Los juicios de la RIAA pueden crear un efecto de temor que disuada a algunos y haga que otros usuarios limiten el tamaño de las colecciones compartidas para minimizar los riesgos. Probablemente, llevarán a los consumidores más avezados en el uso de la tecnología a sistemas que ofrezcan una mayor seguridad contra las embestidas legales".
Sharman, que está librando una batalla legal contra la industria discográfica, todavía debe anunciar si modificará su servicio Kazaa.
El fundador de Freenet Ian Clarke está preocupado por la posibilidad de que algunos usuarios de redes P2P sean engañados por proveedores de software oportunistas que les prometan la posibilidad de permanecer en el anonimato, pero como una función agregada a posteriori.
"No es como agregar un nuevo botón en la interfaz de una aplicación. Freenet es el resultado de un año de trabajo teórico y tres de desarrollo del software con el objetivo de lograr un sistema completamente anónimo".
Clarke se incluye en un grupo de desarrolladores que cuestionan la capacidad técnica de la industria discográfica para detectar con precisión contenidos compartidos en forma ilícita. Por ejemplo, los fanáticos de los MP3 poseen archivos de muchos artistas independientes en sus colecciones compartidas con nombres que podrían prestarse a que se los confunda con archivos correspondientes a temas interpretados por músicos de los grandes sellos.
"¿Qué grado de anonimato se busca?", preguntó Clarke. "La respuesta no es 'sí' o 'no'. ¿Contra qué nivel de recursos está tratando de protegerse? ¿Los de un individuo pícaro o de una organización capaz de persuadir al Congreso de que modifique leyes?"
Si bien Freenet no fue ideada como una red para el intercambio anónimo de MP3, buena parte del público parecería pensar lo contrario: la página de inicio de Freenet experimentó un aumento de la cantidad de visitas del orden del 300 por ciento desde el anuncio del miércoles pasado por parte de la RIAA; en la semana que siguió al anuncio, el proyecto recibió más donaciones que en los dos meses anteriores, según lo expresado por Clarke.
"Tenemos que luchar constantemente contra la percepción errada de que fue creada para facilitar el intercambio de archivos protegidos por derechos de autor", dijo Clarke. "Si de repente empezamos a ver miles de nuevos usuarios que exigen funciones que hagan funcionar la red como una red anónima para el intercambio de MP3, vamos a vernos en problemas, porque no es algo que nos interese".
"Lo que en cambio nos interesa es el disidente chino que quiere manifestarse a través de Internet, no si un tipo puede o no descargar el último álbum de Britney Spears sin pagar un centavo".